Por J. Luis Ahuactzin
Mientras que la alcaldesa de Chiautempan, Blanca Angulo Meneses, mantiene al municipio en el desastre por inseguridad; los regidores son novatos al no tener experiencia para exigir transparencia y rendición de cuentas a la expriista.
Documentos a los que tuvo acceso La Red Tlaxcala, revelan la profesión de cada regidor, así como su experiencia laboral que tiene cada uno de ellos y, de entrada, 5 tienen licenciatura y maestría, 2 más apenas la preparatoria.
La primera regidora, Vanessa Morán Barbosa, admitió que apenas curso el bachillerato y su experiencia se remite a haber sido notificadora de la tesorería del mismo ayuntamiento, capturista de Comité Ejecutivo Estatal (CEE) de Morena, y auxiliar administrativo en el gobierno lorenista.
La segunda regiduría es encabezada por Alberto Tlachi Meléndez, quien es abogado y su experiencia se basa principalmente en el litigio, aunque fue director jurídico en el ayuntamiento de Tetlanohcan.
La tercera regiduría la ostenta Óscar Solís, quien es licenciado en administración de empresas y 10 años se basan en la administración de una papelería y ventas en línea.
La cuarta regiduría está representada por Blanca Teresa Cabrera, quien tiene el grado escolar de maestra, aunque es contadora de profesión, pero su mayor experiencia se basa en auxiliar contable de un despacho de contabilidad.
La quinta regiduría la ostenta Valentín Temoltzin Palacios, quien apenas logró la preparatoria y su experiencia se reduce a haber sido notificador de Desarrollo Urbano y auxiliar operativo de obras.
La sexta regiduría es encabezada por Mitzi Citlali Martínez Arenas, quien es licenciada en Cuentas de la Comunicación, pero su experiencia se basa en auxiliar de oficina de artesanías, auxiliar de producción en y vendedora de piso en Walt mar.
Mientras que la séptima regiduría está ocupada por Araceli Meléndez George, quien es abogada de profesión, pero su experiencia se basa principalmente en litigio y asesoría de una empresa de textiles de Contla, así como auxiliar en notaría pública y su paso fugaz por la entonces Procuraduría General de Justicia estatal.
